lunes, 18 de junio de 2007

La vida del Líder


Todos tenemos el poder de influir en otros y de una u otra forma lo hacemos, algunos mejor que otros, pero al fin lo hacemos, lo importante es tener claro que nuestra influencia causa en los demás un efecto y que ese efecto tendrá que ver con el crecimiento o deterioro del que lo reciba.
Bajo este concepto, todos los días, deberíamos meditar y cuidar cada palabra que decimos y cada acción que realizamos. Pero vivir de esta forma, es vivir toda mi existencia en un plano muy consciente vigilando cada detalle de mi vida tan cuidadosamente que terminaría despersonalizándome, dejando de ser yo mismo (el verdadero yo inconsciente que vive, actua y reacciona) para ser el prototipo del influenciador que estoy tratando de ser.
Vivir la vida haciendo consciente todo lo que hago y digo, es muy agotador y al final de una u otra forma se manifiesta lo que en realidad soy, lo más profundo de mi.
Por esta razón, lo que soy, la posición que ocupo o lo que quiero influir en los demás, no es lo más importante. En realidad lo importante es el cómo estoy viviendo mi vida en lo más íntimo.
Vivir una vida con propósito, caminando sobre principios firmes, que no sean negociables ni que dependan de las circunstancias, es lo que nos puede dar una vida capáz de generar cambiós positivos para llegar a ser un verdadero influenciador, un líder.
Debo vivir primero mi vida logrando cambios primero en mi, antes de pretender esconder o disfrazar esas cosas que me avergonzarían, solo de este manera, influiré en los que me rodean y estaré tranquilo sabiendo que hasta la forma más inconsciente de reaccionar será capaz de lograr algo positivo y será de enseñanza para alguien.

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